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14/06/2009

Entrevista a la revista Rébellion

El equipo de QUE FAIRE ?  (que hacer ? ) ha decidido dar la palabra al equipo de la revista Rébellion (Rebelión). Este grupo dinámico, afincado en Tolosa (Francia), trabaja desde hace años en el desarrollo de una publicación con una línea editorial radical a la par que abierta, anticonformista y constructiva.

Terouga, especialista de las relaciones internacionales de QUE FAIRE ?, publica regularmente sus análisis geopolíticos en esta revista.

La redacción de Rébellion ha publicado un libro sobre su historia :

http://www.alexipharmaque.net/index_fichiers/Page266.htm


QUE FAIRE : en cuanto a Internet, ¿Cómo es que se les ha ocurrido la idea del lanzamiento de la revista?

Nosotros no dejamos de lado Internet, pues nos permite difundir nuestras ideas; la prueba es la existencia de nuestro blog que recibe miles de visitas al mes, y va cada vez más en aumento desde que difundimos ciertos de nuestros textos en español. Tenemos el proyecto de traducir nuestros textos en otras lenguas también.

Sin embargo, debemos considerar la otra cara de la moneda. La asiduidad de Internet sumerge al lector en el mundo virtual, satisfaciendo a la mayoría de internautas, pero aislándolos socialmente. Como todos sabemos, este medio no es más que una herramienta, muy útil por cierto, pero no debemos mitificarlo. La lectura de Internet (la pantalla de nuestro ordenador) es muy superficial, más rápida, pero, algunas veces, es muy cansado si hablamos del plano físico.

Pero fundamentalmente, la producción y difusión de una revista bimestral crea una comunidad militante, facilitando así, la adhesión de un núcleo de activistas. No puede existir una propuesta revolucionaria sin un órgano de prensa que la difunda. La difusión crea contactos directos, activos, más exigentes sobre el plan humano que sobre el universo de lo virtual. Los periódicos pueden ser transmitidos directamente como las discusiones, las conferencias, las manifestaciones, etc. Esto no es despreciable y constituye una garantía seria en relación con la propuesta que ya ha dado comienzo. 

QUE FAIRE : ¿Cuáles son las etapas del desarrollo de la revista?

Al principio, no era más que un boletín confidencial dirigido a personas que creían que podríamos estar interesados en una actuación original. Al cabo de algunos meses (verano del 2003, 1° número), entendimos que era necesario ampliar nuestra audiencia al constatar que este primer número había conseguido tener un gran eco. Después de la consolidación de nuestra conducta, pensamos que sería útil proponer la creación de "cercles Rébellion" (grupos de la revista Rebelión) con el fin de impulsar una actitud aún más militante para los lectores que se sentían muy próximos a nuestras ideas. Queremos dejar claro que no nos limitamos a dar informaciones y discursos a nuestros lectores. Algunos de los lectores han elegido una vía más militante para ampliar nuestra audiencia. No se trataba de poner el arado delante de los bueyes y lanzarles de golpe una nueva formación política de tipo grupusculario. Hubo una cierta maduración en la propuesta; las posiciones que "Rébellion" ha tomado se han afinado con el paso del tiempo. Estamos alejados de todo inmediatismo, por eso, la revista crea un embrión de órgano de lucha, una dinámica que demanda ser profundizada pacientemente, porque una comunidad de espíritu y de acción se ha cristalizado alrededor del título de la publicación. Considerábamos desde el inicio el modelo de un crecimiento concéntrico alrededor del eje de la revista. Sabíamos que este proceso sería lento, pero con el tiempo, parece que la línea general de Rébellion adquirió un cierto respeto por parte de gente seria, poseedora de un espíritu crítico real. 

QUE FAIRE : ¿Qué es lo que reclaman del "socialismo revolucionario europeo"?

El SRE, que es la abreviación que utilizamos para designar al "socialismo revolucionario europeo", por supuesto, no es nuestra invención. A Blanqui se le calificó como socialista revolucionario a lo largo de todo el siglo XIX, este término permitió que se hiciese la diferenciación con las diversas formas del socialismo reformista. Es muy simple decir que la idea de revolución marca la ruptura, gracias al socialismo, con la dominación del capital. Revolución no es igual a subversión, pues esta última se aprovecha de aspectos que el caos genera por el capital. Existe en toda propuesta revolucionaria auténtica, la voluntad de fundar nuevamente el vínculo social, de reestablecer una base coherente para las relaciones sociales; eso nunca debe olvidarse. No podemos reproducir aquí todos nuestros análisis, pero nos gustaría remitir a los lectores al número 25 de nuestra revista (Orientaciones NB I y II) y a la editorial del número 26, en particular. Estos textos han sido nuevamente publicados en el libro que acaba de salir a la venta y de la cual hablaremos más adelante. Citaremos, sin embargo, parte de uno de los pasajes del número 26:

"El socialismo es un término bastante general, coincidiendo con posiciones que defienden la primacía del bien general sobre el interés egoísta ... de tal o cual particular. Insistimos, entonces, sobre el acento revolucionario que le queremos imprimir para distinguirlo de sus variantes reformistas. En cuanto a la cuestión de vínculo social, nosotros planteamos la cuestión de relación social: los individuos están entregados a la contingencia de relaciones de clases, de su pertenencia a ellas, en una práctica ligada al trabajo, largamente dominada por la obligación del salariado (todo es mercancía, desde la fuerza del trabajo hasta los productos del mismo). Proponemos, entonces, la orientación comunista, pues es la merecedora del rompimiento con el modo de producción dominante, que es la dominación de la economía sobre la práctica directa de los individuos [...] En fin, decimos que ‘la lucha de clases es nacional, no en su contenido, pero si en su forma’. Esto no significa quedarse dentro del marco limitado de la Nación, ya que no pensamos que vuelva a existir una identidad europea, aunque se quiera, no podría hacerse fuera de una voluntad socialista revolucionaria europea.".

Si pudiésemos hacer una analogía contemporánea, pensamos en el proyecto continental bolivariano actualizado por Hugo Chávez, que intenta construirlo con las otras fuerzas revolucionarias de América latina, todo aquello articulado en un marco patriótico y conducido por objetivos auténticamente socialistas. Debemos insistir sobre el hecho que Europa haya visto nacer el modo de producción capitalista. Había, paralelamente, pensado en el antídoto a esto con el movimiento obrero. Actualmente, Europa es potencialmente un área geoeconómico potente; debe su inexistencia política a la traición consciente de su burguesía dominante que está al servicio del mundialismo y del proyecto unipolar estadounidense. En el mundo multipolar que esperamos, Europa podría oponerse a este último y tener relaciones de cooperación muy eficientes con los continentes pobres y promover otro modelo social. Justamente, sobre este punto, el socialismo no podría ser la copia exportada de la industrialización ni del productivismo occidental, con los que deberíamos romper. Cada área geopolítica debería poder pensar y aplicar una forma de socialismo adaptada a sus necesidades materiales y a sus tradiciones culturales y espirituales. Europa, con respecto a la multiplicidad de sus ventajas debería estar a la cabeza de este combate. Es lo que intentamos expresar mediante el SRE y su eslogan: "¡Liberemos Europa de la OTAN y del capitalismo!" 

QUE FAIRE : Ciertos pensadores profesionales les acusan de tener vínculos con la extrema derecha, ¿Qué piensan sobre ello?

Ante todo, desde que la revista existe, ha quedado bastante claro que seguimos una línea independiente con respecto a cualquier otra formación política. Mantenemos vínculos con organizaciones y asociaciones que poseen la inteligencia de comprender que es necesario combatir el mundialismo y el capitalismo. Esto da lugar a tener múltiples contactos en cuanto a horizontes, algunas veces, diferentes. Ustedes saben, por otra parte, que rechazamos fundirnos en el modelo derecha/izquierda combinado de sus extremos. Por ello, no estamos a las órdenes de sociólogos, historiadores, periodistas y políticos pagados por la burguesía, que repite la jerarquización grotesca que le permite preservar su dominación. Ahora, si tanto uno u otro se halla dentro de sus principios o valores de derecha o de izquierda, nosotros no somos sectarios, pero por nuestra parte, desde hace mucho tiempo eso dejo de interesarnos. Además, se debería estar de acuerdo sobre el sentido de las palabras y la intención en su uso. Decimos, constantemente, que esperamos que se desenpolve un texto de Marx, por ejemplo, uno en el que se autoproclama ser de izquierda. En este caso, la espera será larga...

Es evidente que aquellos que afirman que tenemos vínculos con la extrema derecha tienen la intención de manchar nuestra reputación, porque explicamos, bastante bien, quienes son y cuál es su función dentro del sistema, y eso, quieren, a toda costa, esconderlo. Para algunos de ellos, que no tienen el coraje de mandar al diablo todo el sistema ideológico del capital y que en el fondo, no están mal favorecidos dentro de la relación social capitalista, continuarán sus críticas infundadas para conservar la imagen de una renta de situación simbólica en el corazón de las instituciones. Hay, por consiguiente, muchas cosas que decir a su respecto.

Primeramente, en su visión del mundo simplificado, el dúo izquierda/derecha coincide con el bien/mal. Y ellos son la encarnación del bien, privados, la mayor parte del tiempo, de toda referencia metafísica o espiritual; han adoptado una religiosidad sentimental sustitutiva que les señalan como un destino terrestre y prosaico, el combate contra una entidad imaginaria que renace incesantemente: la derecha alimenta maliciosamente su sentido de la extrema derecha. Inversamente, dentro de la derecha y la extrema derecha. De manera opuesta a la derecha y, sobretodo, en la extrema derecha, algunos se sienten investidos de la misión de envejecer en una herencia pasada e imaginaria, que estaría constantemente puesta en peligro por la resurgida figura del bolchevique desenfrenado. Es allí, evidentemente, en donde la pareja bien/mal está afectada inversamente. A pesar de todo, la relación no es absolutamente especularia, porque la relación social capitalista se transforma constantemente y, algunas veces, a gran velocidad. Hemos mencionado, continuamente, que la izquierda del siglo XIX, liberal, conductora de la idea de progreso, se ha convertido, en nuestros días, en una ideología de derecha. Se debe recordar que en el siglo XIX, y después, los que se decían socialistas eran portadores de la idea de progreso, y que para ellos el único progreso es social... Es cierto que tenían razón, pero con las diferentes metamorfosis del capital y la dominación tecno-científica sobre el mundo se han encontrado, poco a poco, por el lado de la conservación del capital, que había sabido sobrepasar, algunas veces utilizando la violencia, cualquier crítica práctica de su dominación. La derecha, durante todo el siglo XX, fue esencialmente una fuerza de conservación de la relación social capitalista, aunque ha podido obtener importantes concesiones de la burguesía, con la lucha de clases proletarias. Pero cuando hacemos balance de hecatombes guerreras imperialistas del siglo pasado, debemos reconocer que su recuento es más que moderado y que se trataba de permanecer modesto...

En consecuencia, no es inoportuno interesarse, algunas veces, por pensadores que se mantuvieron siendo conservadores, en el sentido real del término. Ellos, que creían que existían buenos valores humanos que defender. La crítica del mundo moderno ha venido, a menudo, de manera pertinente por este lado: crítica de la industria, del maquinismo, interés por la ecología, por la riqueza de la multiplicidad cultural, etc. ¡Si manifestásemos algún interés por estos autores, nos cubren inmediatamente de oprobio! Sin entrar en referencias lejanas, tomaremos un ejemplo contemporáneo. Nosotros defendemos un antiracismo diferencialista, y somos sospechosos de racismo escondido. ¡Pero qué es entonces, si no es la posición antropológica de... Claude Lévi-Strauss! ¡¿Acaso no fue acusado, después de publicar Raza y cultura y La mirada alejada, de ser parte de la extrema derecha?! Entonces la etnología no dejaba de constatar, que la homogenización debido a contactos entre culturas – que se acelera con la actual mundialización – amenazaba la integridad de cada una de ellas y, por tanto, la pluralidad en el mundo. Es un proceso de entropía social que denunciaba; y nosotros hablamos, constantemente, de esta entropía capitalista. Estaría, entonces, prohibido por los perros guardianes de la ideología mundialista, el hablar serenamente de la relación naturaleza/cultura, innato/adquirido, si no es por machacar un catequismo occidental, a base de existencialismo ateo y solipsista, negador de la realidad del enriquecimiento etnocultural. "Cada cultura selecciona aptitudes genéticas que, por retroacción, influyen sobre la cultura que había, en principio, contribuido a su reenforzamiento." Escrito, magistralmente, por Lévi-Strauss.

Podemos así, alinear decenas de referencias escritas, deformadas, interpretadas de manera malintencionada por escribanos, más o menos universitarios. ¡Es cierto que no hacen más que eso, pues son pagados para este fin! Recordemos un último ejemplo de este tipo: los trabajos de Louis Dupeux sobre el nacional bolchevismo, al que hemos hecho referencia en algunas oportunidades; estuvimos horrorizados a lo largo de la lectura de su tesis sobre este tópico donde, al lado de la riqueza de información sobre el periodo histórico, se injertó el prisma deformante de la interpretación obsesiva, según la cual es necesario expulsar las propuestas del NB, las simpatías inconfesables por el nazismo. Para cualquiera que haya estudiado un poco la vida y la práctica de Karl Otto Paetel y Niekisch, así como también su formación socialista y su hostilidad declarada para con el nazismo, declaración que sorprende e irrita. Cierto es, que en un mundo lleno de instituciones universitarias, hace falta dar pruebas de honestidad si deseamos hacer carrera y que es de mal gusto evocar de manera positiva la nación, concepto que tenía una importancia revolucionaria para los NB.

Una última precisión: por nuestras experiencias militantes y nuestros orígenes diversos, hemos frecuentado diferentes medios políticos sin que ello nos satisfaga, es por esta razón que defendemos nuestra posición y publicamos nuestra revista. Algunos de nosotros hemos intentado, anteriormente, ver también aquello que ocurría en la extrema izquierda, en cuanto al sentido de la corriente del nacionalismo revolucionario, para combatir el mundialismo. Encontramos allí ciertas personas respetables así como, otros bastante sospechosos. Ya que su pregunta trata sobre aquello que algunos llaman "la extrema derecha". Es muy diversificada y, además, sus efectivos son sobrestimados: su existencia es fantasiosa, sobretodo para aquellos que la necesitan para existir. Ni de la extrema derecha ni de la izquierda puede haber una solución al desastre que representa la dominación del capital. Asimismo, son medios que están infiltrados por la policía y, son impulsados por algunos sectores de la burguesía y de sus servicios especiales...

Todo lector honesto tiene, pues, que referirse a aquello que escribimos y no a lo que otros imaginan por él y le dicen lo que tiene que pensar de nosotros. El pensamiento único reposa en el poder de representación inherente al lenguaje y los sofistas lo saben utilizar. Las palabras no representan siempre ideas precisas determinadas como han mostrado ciertos filósofos nominalistas, su uso es, algunas veces, despertar pasiones, emociones. Este poder del lenguaje es, casi siempre, utilizado en la política. Es así, que las acusaciones de las que ustedes hablan, son una ilustración. En una época de carencia de lectura y reflexión, es facilmente factible impresionar a los espíritus maleables y, de crear así, una presión social sobre aquellos que tendrían la veleidad de alejarse del rango. A poco que, como dijimos al inicio de nuestra respuesta, su revuelta contra el sistema sea relativa, el consenso a su respecto se mantendrá por lo esencial. En cuanto aquellos que osan transgredir los dogmas de la secta dominante, constituyen una mancha para el cuerpo social. Como su proximidad es contaminante, es necesario ponerles un cordón sanitario. Todas estas expresiones pertenecen al campo léxico de la contaminación, es decir, que es necesario expulsarlos para purgar la sociedad. Los análisis de René Girard sobre la violencia y lo sagrado serían, en este sentido, completamente aplicables en el contexto ideológico de nuestra época.

QUE FAIRE : Al igual que nosotros, ustedes han sido seducidos por los análisis de Alain Soral, ¿Comparten la decepción que hemos sentido nosotros?

Hemos seguido la evolución de Alain Soral, un marxista harto de las sucesivas traiciones de la izquierda con lo que debía estar en el corazón de su combate. La idea de una reconciliación entre los hombres de derecha e izquierda, de inmigrantes y franceses de pura cepa alrededor del combate contra el mundialismo y por la soberanía nacional, era atractiva mientras se interpretaba una marcha valiente, ya que nuestro hombre se reunía así, en el clan de los parias. Junto a él, compartimos la idea de destruir las falsas jerarquizaciones. Pero, no estamos totalmente convencidos de la pertinencia de la fórmula "derecha de los valores, izquierda del trabajo", puede ser esquemático, pero en la política podemos comprender que sea, algunas veces, útil el esquematizar. Hemos esperado que todo pueda ir en el buen sentido, pero tenemos, siempre, que precisar que somos independientes, aunque tengamos relaciones cordiales con su asociación. Hemos sido escépticos, desde el principio, con su idea de acercarse al Frente Nacional (FN), en el seno del que pensaba poner otro punto de vista más social y revolucionario. La FN que se ha beneficiado, durante mucho tiempo, de un voto y de un cierto apoyo del medio proletario, no ha tenido jamás en cuenta sus orientaciones políticas de fondo. Hubo tiempo de hacer esta mutación que había podido sorprender a más de uno y se ha quedado, a pesar de todo, dependiendo de su ideología reaccionaria que ha puesto, parcialmente, una desestabilización (¿voluntariamente?) para con el poder dominante. Hemos hecho saber a Alain Soral, desde el principio de la existencia de Igualdad y Reconciliación (E.R), nuestras profundas dudas sobre el impacto de su marcha en el sentido del FN y nuestra reticencia con respecto de su estrategia. A pesar de todo, nos hemos abstenido de hacer cualquier tipo de comentario sobre la cuestión, ya que no era nuestro deber inmiscuirnos en todo aquello. Con el tiempo, se ha comprobado que nuestro análisis estaba hecho en profundidad. Pertenece, a Alain Soral, el sacar conclusiones de su experiencia; ha intentado hacer lo que le parecía bien, y eso, no puede ser totalmente negativo para él. No somos de aquellos que después de haberle adulado y de haberse acercado a su asociación E.R van a seguir criticándole...

En cuanto a su participación en las elecciones europeas, en la lista iniciada por Dieudonné, es necesario, en principio, saber si va a concretarse. Si ésto fuese el caso, nos preguntamos si la sola palabra de orden del antisionismo es suficiente. Es cierto que antes de sus declaraciones, Alain Soral, pretendió introducir la cuestión social en el debate, lo que es interesante. Pero ¿y después? ¿Cuál es el objetivo, a largo plazo, de Dieudonné y de aquellos que se unen en esta propuesta? Todo ésto nos parece un poco confuso, y además, las elecciones de cualquier índole nos interesa muy poco. En cuanto a la cuestión de la relación sionismo/capital, remitimos a los lectores a nuestra editorial del n°34 en particular (que está puesto en línea en nuestro blog).

QUE FAIRE : ¿Cuál es el futuro de Rébellion? ¿Será un movimiento político, una asociación u otra cosa?

Como decía Maquiavelo, el curso de la historia depende de la virtud de aquellos que actúan y de la fortuna sobre la que no tenemos prisa. Por tanto, podemos decir, que en un principio la revista era la emanación de una asociación llamada "Por el renacimiento del socialismo europeo"  y que, a partir de ello, viene la expresión "La organización socialista revolucionaria europea", que tiene vocación, a largo plazo, de ser un movimiento político, cuya labor es el de participar en la toma de consciencia, por parte del proletariado, de su condición y medios para remediarlo, con el fin de sobrepasar las condiciones de existencia que el capital nos impone. Es evidentemente que es una labor gigantesca, pero hemos decidido combatir al enemigo, en la medida que nuestras modestas fuerzas nos lo permitan. Pensamos que la propuesta no será inútil.

 QUE FAIRE : Su equipo ha publicado un libro sobre la revista de las ediciones Alexipharmaque, ¿Podrían hablarnos más sobre ello?

El libro "Rebelión, la alternativa socialista revolucionaria", que cuenta con 278 páginas y ha sido firmada por Louis Alexandre/Jean Galié, constituye un momento importante dentro del esfuerzo de estructuración de nuestro movimiento. Hay, evidentemente, un objetivo que es el de darnos a conocer al público, utilizando el medio de la difusión mediante las librerías y la red de la venta por Internet. En este libro, el lector podrá encontrar un pertinente prólogo, que Alain de Benoist nos ha hecho el favor de escribir, seguido de una elección de textos, pensados según rúbricas introducidas, redactados bajo nuestro cuidado, textos extraídos de nuestra publicación desde que ésta apareció; el conjunto es un surtido de cosas inéditas. Este libro dará un panorama de nuestra posición y de nuestra evolución durante años, puesto que cuantiosos números de Rébellion se han agotado desde hace mucho tiempo. De esta manera, el lector podrá disponer de lo esencial de nuestra producción y del testimonio de nuestros esfuerzos para avanzar en la aclaración de nuestras ideas, de nuestras rectificaciones, aclaraciones de tal o cual cuestión. Si esta publicación pudiese evitar que digamos tonterías sobre nosotros, será ya un éxito. En todo caso, existe, en lo sucesivo, un compendio de nuestros análisis a la que cualquiera podrá referirse.

Esperamos, igualmente, que por este medio engendremos una dinámica en el sentido de que se pueda investir a los que quieran, realmente, llegar a otras relaciones sociales. Esta entrevista, que agradecemos sinceramente, contribuirá a que esta publicación pueda llegar al público, que aún es capaz de pensar por sí mismo.

20/10/2008

ORIENTACIONES NACIONAL-BOLCHEVIQUES 2003 y 2007

 La referencia que se hace al nacional-bolchevismo parecerá anacrónica para algunos. Sin embargo, aquellos que están interesados en la historia de Europa y en su destino, deberían considerar de otro modo este asunto. Nuestro continente vivió, durante el siglo XX, agitado por dos guerras civiles europeas, la primera revolución comunista, el decline de la supremacía económica y política de Europa en beneficio de los Estados Unidos, Alemania y, correlativamente a finales de siglo, el estallido del imperio soviético. De una manera o de otra, estuvo siempre concernida por el conjunto de estos eventos. Lenin lo consideró como llave de la revolución comunista en Europa y, de una cierta manera, como un detonante en la futura revolución rusa.


Fue en el periodo siguiente a la Primera Guerra Mundial que nace en Alemania el nacional-bolchevismo, lo hizo en el seno del KAPD (Partido Comunista Obrero Alemán) bajo la tendencia consejista de Hamburgo. De esta manera se desarrolla la teoría de «pueblos jóvenes», de «Nación proletaria» y de la convergencia con la revolución bolchevique, «orientación hacia el Este» (Moeller van den Bruck). Sin entrar en detalles sobre ésto, podemos afirmar, sin embargo, que el nacional-bolchevismo fue una alternativa pertinente al caos que se había desarrollado en el corazón de Europa. Alemania puso en juego la expansión de la revolución comunista hacia el Oeste del continente y la tentativa imperialista hitleriana desembocó en la bipartición de Europa bajo la hegemonía soviética y estadounidense. Los nacional-bolcheviques constituían la parte más radical, anticapitalista del movimiento de la Revolución Conservadora Alemana. En algunos puntos, tenían concepciones totalmente distintas. Fueron portadores de un alto concepto sobre Europa, algo innovador en sus tiempos. Fueron perspicaces sobre la decadencia del Occidente capitalista sometido a los valores mercantiles, no veían absolutamente nada malo en el comunismo soviético que se convirtió poco a poco en comunismo nacional. Cabe destacar que no reivindicamos ni excusamos los errores inherentes al comunismo soviético ni las propias de cualquier empresa humana. Sin embargo, sería en vano ignorar la complejidad de la realidad soviética. Las tendencias favorables para la constitución de un bloque eurasista tuvo su aparición en la URSS, idea que nos quedara para el futuro. Esta idea fue usada por los nacional-bolcheviques como ejemplo. Además, ésta se unió, en 1935, a la idea imperial y a la formación de un gran estado germano-eslavo, sobrepasando así el concepto de nación. Ernest Jünger escribió : «La palabra nacionalismo es una bandera, fuerte y usada para fijar claramente la posición de combate original de una generación durante los tiempos caóticos de transición; ya no es de ningún modo lo que creen nuestros amigos ni nuestros enemigos, es la expesión de un valor superior: designa una condición, nuestra meta». Así mismo, para nosotros, la nación puede ser un mito movilizador en la defensa de los intereses de los trabajadores de cara a los ataques incesantes, a la que sobreviven, por parte del sistema mundialista, la meta es la transformación de Europa en una idea imperial. Este proyecto puede parecer lejano, pero no es una fantasía si nos unimos a lo que llamamos: el nacional-bolchevismo.

¿Cómo concebirlo de manera razonable en nuestros tiempos?

Esta es la segunda parte de nuestra reflexión, y yace sobre el trinomio: Europa-Socialismo-Identidad. Un cierto numero de individuos, que han abandonado los clásicos caprichos nacionalistas de naturaleza derechista, hicieron referencia sobre Europa y sobre nuestra identidad sin, ni siquiera, interesarse por las posiciones nacional-bolcheviques. De hecho, se pusieron en un contexto de defensa de la identidad europea de cara a la inmigración extra-europea, todo ello culpando al mundialismo de destrozar las poblaciones. Como consecuencia de aquello, se plantea una reflexión sobre el renacimiento de nuestras raíces, patrias carnales y tradiciones. No se puede contestar a todo aquello que representa un interés en la perspectiva de la «larga memoria», pero no es más que una actividad de conservación. ¿Cómo poder unir el trinomio, del cual hablamos anteriormente, hacia una actividad política eficaz? Para ello, es necesario, aludir claramente al enemigo. Es posible, evidentemente, denunciar ciertos malos síntomas del sistema y reunir los descontentos. El combate contra la inmigración releva este dispositivo. Pero ¿Quién no quiere ponerle límites? Diabolizar la inmigración como lo hizo Guillaume Faye, con una visión fantasmal y etnicísta del Islam considerado que fue llevado a una ofensiva mundial contra las poblaciones blancas, parece, desde luego, reductor y sirve más a intereses americanos sionistas. El Islam no es causa de inmigración, ya no es más la causa de auto-destrucción europea durante el siglo XX. Es bastante conocido que los Estados Unidos jugaron bien sus cartas en cuanto a la descolonización, de manera hipócrita e interesada, lo hicieron en contra del poder europeo en Africa y utilizaron grupos fundamentalistas musulmanes en Algéria, la ex-Yugoslavia, Afganistán, el Caúcaso, y allí en donde sus intereses geoestratégicos estaban en juego.
Debemos, entonces, dañar el corazón del sistema, y ese corazón es el capitalismo. ¿Quién o qué entierra actualmente la identidad europea? ¡Es el capital!, ¿Quién o qué ha revolucionado el planeta? ¡Es el capital! ¡es el único sistema político-económico que ha tenido éxito llevando sus revoluciones hasta el límite! Después de haber destruido el feudalismo instaurando los Estados nacionales, los dinamitó. Sin embargo, aunque seamos crédulos de alguna que otra ilusión: el gobierno mundial llegará. En realidad, es la importancia de la hegemonía que causa esta ilusión. Esta hegemonía es la de los Estados Unidos. Son ellos los que llaman al mundo «unipolar», en el que subsistirán, desde luego, otros estados, pero fuertemente disminuidos a la imagen de la Europa tecnocrática que construimos con sus proyectos micro nacionalistas regionales. No haremos una prospectiva concerniente a futuras hegemonías competidoras, sabemos, únicamente, que el capitalismo no es un futuro viable para la humanidad y que se compone de una rica diversidad de identidades lingüísticas, étnicas, políticas, unidas a las grandes civilizaciones, incluso la nuestra, y que no queremos que desaparezca (como las demás) en una homogenización y/o bajo una hegemonía extranjera a nuestra identidad (siendo admitido que ésto es una herencia unida a un futuro abierto sobre las posibilidades reales).

¿Por qué el socialismo es una solución?

En primer lugar, ¡porque es históricamente europeo! No es necesario confundirlo con las formas de existencia social, más o menos comunitarias, que se han encontrado en el pasado ciertos aires culturales. El capitalismo industrial nació en nuestros muros, y apareció igualmente su antídoto. Los contra-revolucionarios ven en el socialismo un hermano gemelo del capitalismo, ambos gravitan sobre ideas de Derechos Humanos, de igualdad, de jacobismo, etc.


Es cierto, si consideramos que el capital engendró el socialismo, aunque no es una verdad obvia. En efecto, el socialismo es fruto del esfuerzo del mundo del trabajo para erradicar la alienación del hombre, engendrada por el desarrollo monstruoso del capitalismo, reduciendo a sus trabajadores a no ser más que fuerza de trabajo alienables, como cualquier otra mercancía. Sin olvidar que es el hombre, gracias a su labor, el que permite la valorización del capital que siempre busca, a causa de su forma de producción (problema de índice de beneficio analizado por Marx), un productivismo incrementado. Es la respuesta de trabajadores conscientes y organizados ante la explotación inherente a la relación social capitalista. En el siglo XIX, Francia estuvo en el corazón de la formación de la alternativa entre el socialismo y la barbarie capitalista. La respuesta estuvo a nivel del desafío, puesto por la amplitud de la nueva organización del trabajo, de conquistas técnicas, utilizadas para aumentar la productividad y la expansión del mercado a escala mundial. Es, entonces, inútil querer un capitalismo moderado, humano, etc. La lucha de clases es una realidad, es así aunque no la consideremos como la explicación última de la historia universal. Es ésto lo que nos distingue, entre otras cosas, del marxismo fosilizado tal cual se ha impuesto, poco a poco, en el seno del movimiento obrero. Marx pensaba que porque él había comprendido que el capitalismo albergaba las luchas de clases anteriores a su llegada y simplificaba éstas poniéndolas a su paroxismo último, concebía entonces, la solución a sus numerosas contradicciones, produciendo una clase social que no pudiera ser reconocida más que como última clase universal apta para la dominación, con el propósito de engendrar el fin de la dominación social y político-económica. En este sentido, Marx podría alegrarse del triunfo del libre comercio, único actor capaz de establecer las bases necesarias del comunismo. «Pero en general, en nuestros días, el sistema protector es conservador, mientras que el sistema de libre comercio es destructor. Disuelve antiguas nacionalidades e impulsa, hacia el extremo, el antagonismo entre los burgueses y el proletariado. En una palabra, el sistema de la libertad comercial anticipa la revolución social. Es sólo en este sentido, señores, que yo voto en favor del libre comercio.» (Discurso sobre el libre comercio). ¡Y decir que en nuestros tiempos, algunos acaban de percibir que el capitalismo es la mundialización del comercio! ¡Nuestros izquierdistas tienen ciento cincuenta años de retraso! ¿Por qué sus discursos de antimundialización –cada vez más suavizados en altermundialización- son siempre correlacionados a posiciones imigracionistas, feministas, etc.? pues porque no son más que el extremo derecho del régimen, lo que quiere decir que es la tendencia, la más libertaria, que sueña en un mundo que no estará más cargado por la pesadez humana, su resistencia, sus raíces, su historia. Es el sueño del capital financiero, que no será más que crecimiento exponencial mientras que los proletarios europeos serán reducidos a un nivel de existencia cercano al tercer mundo y que las miserias del planeta estarán invitadas a planificar la autogestión de su propia miseria como en los carnavales al más puro estilo de Puerto Alegre.


Somos socialistas, porque sabemos que nuestros ancestros fueron quienes produjeron las riquezas que Europa heredó. El capital se permite despojar todos los esfuerzos de generaciones sucesivas de nuestros pueblos (privatizaciones en todos los sentidos, expoliación de una infinidad de impuestos, etc.) a fin de proseguir su curso en la valorización y distribuir, subsidiariamente, las migajas a los inmigrantes o a las clases dominantes de sus países de origen para obtener así, una relativa tranquilidad social sobre el territorio nacional y poder continuar el curso del mercado en los rincones del planeta. (1).


Estamos ligados a la herencia de luchas ancestrales de los trabajadores europeos para rechazar esta lógica de menosprecio de los pueblos y en particular de sus clases laboriosas. La solidaridad de trabajadores entre naciones (2) no consiste en acoger, pasivamente, en nuestro suelo, a los pobres diablos reducidos por algunos en el rango de lumpen proletariat, y por muchos, en el rango de neoproletario atomizado. La mayoría de nosotros no disponemos de una consciencia de clase resultante de luchas organizadas contra el capitalismo (3), consciencia que tuvo su peso en nuestro continente. Podemos confiar que los representantes de la clase dominante han hecho antes una valoración cuando tomaron la decisión de llamar, cada vez más, a la inmigración esencialmente extra-europea. La generosidad burguesa encuentra sus límites en la valoración de su interés en la dominación.
No tenemos culpa alguna de haber mantenido antiguamente colonizados a estos pueblos. Los capitalistas sí, los trabajadores no. Es muy significativo de constatar como las bellas almas del sistema, aquellos que evocan el periodo de la colonización, olvidan singularmente la existencia de clases sociales para hablar sólo de Europa, de Occidente, del hombre blanco, como agentes de la explotación de pueblos colonizados. La finalidad de todos esos discursos antiracistas es: proletarios europeos quedaos tranquilos, dejaos sumergir en la idea de mundialización y de los desplazamientos de la población a fin de estar atomizados; mientras no os organicéis para luchar realmente en contra de este sistema incoherente. El capitalismo puede ser unas veces racista y otras antiracista según sus intereses.

¿Qué estrategia debemos utilizar para hacer tambalear el sistema?

Las representaciones que los hombres hacen de la realidad social forman parte de esta realidad. La representación política central de la mistificación capitalista democrática es la bipolarización política de la Derecha y la Izquierda, estando así ligada a los procesos de desarrollo del capital y acompañando esa dominación creciente en la sociedad después del siglo XIX. Sólo el capital ha podido alterar las formas ancestrales de existencia social desarraigando a los hombres y transformándolos en proletarios. La derecha siempre ha representado la retaguardia de este movimiento de destrucción bajo forma nostálgica o reaccionaria, según el caso y las ocurrencias históricas. La izquierda ha representado siempre la vanguardia de este proceso, con la idea de construir un hombre nuevo, más o menos sin apego a las escuelas y a las sensibilidades. En este sentido, fue más o menos inspirada por la idea comunista, teorizada por Marx, en detrimento de otros enfoques del socialismo (la escuela de Proudhon en Francia, Sombart en Alemania, etc.). La fuerza del marxismo reside en el proyecto de realización del hombre total que ha superado todas las alienaciones. Marx proyectó en un plan profano –para realizarla- una idea ancestral iniciática de reintegración del hombre y todas sus facultades desarrolladas y armonizadas. Este es el núcleo más fascinante de la doctrina. (4). Este aspecto no era extraño para las otras corrientes del pensamiento socialista, pero estuvo unida a una concepción de justicia social. Esta última preocupación no fue fundamental para Marx, quien estuvo interesado en la revelación del sentido de la historia material de los hombres. Ciertas formulaciones hacen creer que él la precibía, analogicamente, como el desarrollo de una ley natural, los hombres en su manera alienada no son totalmente conscientes de los resultados engendrados por su acción. Esto explica en gran parte la ideología y la práctica de partidos comunistas que accedieron al poder: el sacrificio relativo de ciertas generaciones en la óptica de un futuro radiante. Para nosotros el socialismo auténtico instaura la propiedad a un nivel adecuado al sistema de la producción moderna, bajo una forma de participación, de socialización y de dominio creciente sobre la economía. Es así que combate, particularmente, el capital financiero anónimo y cosmopolita. El Estado garantiza el crecimiento de la Nación (tenga la extensión que tenga. En un Estado o en una federación socialista europea, por ejemplo: lo esencial es el alcance de la soberanía política), dándole un futuro. Además, cristaliza un proyecto para la población, por la unión de la comunidad política, siendo ésta su idea, otorgándole una realidad substancial y efectiva. Por todas estas razones, decimos que todo combate por la identidad europea será en vano si no ponemos en el corazón de nuestra doctrina, la crítica del capitalismo y la opción socialista en un espíritu realmente patriota. Como el pensamiento de Niekisch, es necesario creer en un vínculo natural entre la lucha proletaria y la pasión nacional, lo que en nuestros tiempos estaría en un marco verdaderamente europeo (en las antípodas del europeísmo). No tememos evocar la lucha de clases sin hacerla absolutamente mítica, como lo hizo la extrema izquierda, holgazanes de la revolución que jamás hicieron nada más que el trabajo sucio que les mandaban sus empleadores capitalistas. Concentramos nuestra acción sobre el eje «Ni derecha, ni Izquierda» interviniendo en las luchas sociales. (5). Es igualmente de esta manera, que rendimos servicio a la causa de todos los pueblos sometidos en la trayectoria demente del capital.


«Sólo la voluntad de la lucha de clases, en tanto que el « órgano político y el receptáculo nacional de la voluntad de vida, libere a los pueblos. Ernst Niekisch. Lucha de clases.. 1932.

Notas.

1). «Designar por el nombre de fraternidad universal la explotación a su estado cosmopolita, es una idea que sólo podía haberse originado en el seno de la burguesía. Todos los fenómenos destructores que la libre competencia originó en el interior de un país se reproducen en proporciones gigantescas en el mercado universal.». Marx. Discurso sobre el libre comercio.
2). Es el internacionalismo el que no debe confundirse con el cosmopolitismo. El prefijo «inter» en latin significa: entre, en medio de… Fuente: Diccionario Latino-Francés, Gaffiot. Así que la solidaridad de los trabajadores entre, en medio de las naciones. ¡¿No es suficientemente claro?! . Cosmopolita : ciudadano del mundo, expresión utilizada por Diógenes, el cínico en la antigüedad. Muy a la moda en el siglo XVIII, conceptualizada por Kant. «a pesar que el romanticismo toma a menudo un carácter fuertemente nacionalista, el movimiento socialista, con Marx, se substituyó el internacionalismo proletario por el cosmopolitismo entendido como actitud propia de la burguesía y como ‘nihilismo nacional’.». Enciclopedia de Filosofía. LGF 2002. « Nihilismo nacional », ¿No les dice nada? [Nota de julio de 2007.]
3). No olvidamos la lucha grandiosa que ciertos militantes de países colonizados tuvieron contra el capital. Muchas de estas luchas no desembocaron en una solución viable a largo plazo, otras lo lograron parcialmente. Ciertas figuras lustres como Patrice Lumumba en Africa (poco se evoca en nuestros días y no es casualidad…) quedan en la memoria de los revolucionarios. [Nota de julio de 2007.]
4). Leeremos el tema sacándole mucho partido en el libro de Michel Henry : Marx. I. Una filosofía de la realidad. II. Una filosofía de la economía. Ed. Gallimard. Col. Tel. Enparticular, el volumen I, capítulo II, 3° teoría del proletariado y la revolución, en donde el autor muestra la herencia de la metafísica alemana (de la alquímia de Jakob Boehme, de Luther a Hegel pasando por la dialéctica, de sus diversos niveles de interrelación y de aplicación. «A su manera, el proletariado se adhiere en la historia dramática de los contrarios y lo cumple, cumple el sacrificio, el despojo de sí mismo, su pérdida completa que conduce a la redención, que constituye la reanudación y la reconquista del ser verdadero, la recuperación y la regeneración». Op. cit. T 1, p.144. [Nota de julio de 2007].
5). Es evidente que es de utilidad designarlo, podemos calificarnos como nacional-comunistas. [Nota de julio de 2007.]

 

ORIENTACIONES NACIONALES BOLCHEVIQUES II. Julio/Agosto 2007.

 « Las proposiciones teóricas de los comunistas no descansan ni mucho menos en las ideas, en los principios forjados o descubiertos por ningún redentor de la humanidad. Son todas expresión generalizada de las condiciones materiales de una lucha de clases real y vívida, de un movimiento histórico que se está desarrollando a la vista de todos ». Marx. Manifiesto del Partido Comunista.

A propósito de una cuestión de terminología.

I

El término nacional bolchevismo junto a aquello que escribimos en 2003 (“Orientaciones Nacionales Bolcheviques I”) lo comprenderemos como un sinónimo de nacional comunismo, expresión que nos parece la más apropiada para dar a entender la posición crítica de los comunistas revolucionarios de cara a la situación actual, la mundialización y su correlato ideológico, el mundialismo (declinado bajo diversas formas de derecha y de izquierda).

II

Una explicación es necesaria (bajo la forma de un breve viaje hacia el pasado) concerniente a la adulteración de ciertos términos durante el siglo XX. Durante los años 30 y 40, en Francia, el Partido Nacional Comunista de Pierre Clémenti se transformó, durante el periodo de colaboración, en Partido Nacional Colectivista. Esta formación fascista de derecha no puede, en ningún caso, ser considerada como nacional bolchevique o nacional comunista. Sus opciones anti-marxistas y anti-eurasistas, muy  cercanas al imperialismo hitleriano, la sitúan en las antípodas de la tradición revolucionaria que defendemos. Durante la misma época, los nacional-bolcheviques alemanes sobrevivieron a una terrible represión por parte del sistema nacional socialista. Del mismo modo, algunos, con el fin de sembrar la confusión, unieron el Frente Negro de Otto Strasser al nacional-bolchevismo. Esta organización que estaba, en efecto, opuesta al nacional socialismo –algo que le honra-, no fue más que una formación socialista nacional de tipo reformista, no reconocía la existencia de la lucha de clases  (jerarquización esencial). Para terminar este punto, señalamos la existencia, en estas últimas décadas, de grupos cualificados para los medios oficiales o, incluso, para ellos mismos, los nacional-bolcheviques. Es, igualmente, una superchería identificar el socialismo de izquierdas (conocemos la apreciación crítica de Niekisch sobre esta corriente, y su total rechazo) con el nacional comunismo. La ausencia de referencia, por parte de estos grupos, sobre la lucha de clases y el problema de la valorización del capital, demuestra su confusión doctrinal, una auténtica oportunidad para la clase dominante.

¿Dónde estamos?

La posición nacional comunista se recubre, paradójicamente en apariencia, de un carácter de actualidad y de necesidad política. El bloqueo del Este no está destruido «solamente» por un efecto sistemático o estructural, contrariamente a lo que afirma la propaganda de historiadores y de sociólogos burgueses, tendiendo a mostrar que el «comunismo no es viable» o que oprimía a los «ciudadanos», a «la sociedad civil» o a las «nacionalidades».  A lo más que llegó, es a ser un «bello ideal» (propaganda de «Lutte Ouvrière», partido francés de extrema izquierda). El rol de una burguesía de Partido y de un mercantilismo anti-nacional  ha sido determinante (una vez más los informes de clases). Se han liquidado (factor, desde luego, no exclusivo) las conquistas de la Revolución de Octubre (problema del periodo post-staliniano). Paralelamente a su ofensiva en el Este, el capital empezaba una restructuración al Oeste, volviéndose necesario a partir del momento en donde su proceso de acumulación, posibilitado por los efectos a largo plazo del plan Marshall, comenzaba a agarrotarse. La carrera desenfrenada de nuevos mercados estaba lanzada a todos los niveles ; el capital buscaba la valorización al menor costo, ya sea en las operaciones financieras a corto plazo, o en las inversiones del país a bajo costo salarial (descentralizaciones). De hecho, el proletariado pasó de sentir de lleno el azote en todos los países a los efectos desastrosos de la mundialización. En este contexto, las clases intermediarias están igualmente sacrificadas sobre el altar del capitalismo internacional. Europa no es más que un vasto mercado sin proyecto geopolítico y el planeta entero una caza vigilada del gran depredador sionista americano. El marco de la nación debe, entonces, aclararlo con el fin de salvar la existencia de las clases dominantes.

De cara a esta situación, los auténticos antimundialistas reactualizan el combate por la Nación, no desde una óptica nostálgica, étnica, nacionalitaria (lucha por las nacionalidades del siglo XIX), irredentista, etc., pero si dentro de una estrategia de resistencia a un gran número de explotaciones y de ofensivas para imponer una orientación política anticapitalista. Los nacional-comunistas son el hierro de la lanza de esta ofensiva y muestran que la lucha de los proletarios no es indiferente a la suerte de su nación. « Por su forma, aunque no por su contenido, la campaña del proletariado contra la burguesía empieza siendo nacional». Marx. Engels. Manifiesto del partido Comunista. No hay proyecto socialista viable a partir del momento donde la burguesía llegaba a disolver a los trabajadores, es decir sus puntos de referencia, en el reinado absoluto de la mercancía. Los proletarios ya no tienen patria, dice «El Manifiesto»,  pero les es necesario conquistar el poder político, erigirse en clase dominante de la nación a fin de tener una patria socialista, garantía de una existencia que conquistar, y aquello, porque no más tarde, en una federación socialista europea, una unión de repúblicas socialistas de Europa. Se quiera o no, la política no se desvanecerá de un día para otro.

 

· Las tareas políticas actuales y las venideras.

I

Sobre el plan doctrinal, no paramos de decir que es necesario destruir la falsa división entre derecha/izquierda. La propaganda política debería insistir en ello. Hace falta desenmascarar las intenciones de la clase dominante y las incomprensiones ideológicas que se manifiestan a través de las diversas apariciones concretas de la derecha y la izquierda. La expresión de «Revolución conservadora» que apareció en la Alemania de Weimar tuvo interés. Era premonitorio, en este sentido, anticipó el movimiento de autonomización del capital que no dejaba subsistir en el ser más que sus propias presuposiciones y que se oponía a ello la solución revolucionaria y el mantenimiento de valores éticos y culturales inherentes a aquello que es propiamente humano tanto por las particularidades como por la universalidad. Este ejemplo aclara, entonces, nuestra crítica de conceptos de derecha y de izquierda. Si se tratara de «valores», podríamos reconocer el buen fondo de ciertos valores provenientes de la derecha o la izquierda, pero verdaderamente no se trata más de actitudes políticas, aunque si de referencias éticas. Es necesario, entonces, plasmarlo en un plan político, de apuntar hacia lo esencial. Los conceptos utilizados deben servir para designar la práctica de individuos activos, productores de informes de clases, de su evolución y no de aquello que ellos se imaginan, representando así su objetivo (función de ideología). El nacional comunismo es la puesta en práctica de la crítica del sistema y de sus representaciones autojustificadoras, nada más ni nada menos. 

II

Parece curioso afirmar que el proletariado debió apropiarse del poder político. Si lo hubiese hecho, el proletariado habría,entonces, desaparecido. Si queremos decir que ya no parece más a aquello descrito en el siglo XIX, por ejemplo, para F. Engels en «la situación de la clase obrera en Inglaterra», es un truismo. Lo contrario sería extraño. Sin embargo, nos imaginamos que la burguesía vive de la nada y que las instituciones políticas son asunto de filántropos, todos ocupados de la salud de las almas. Estas trampas para ingenuos tienen por función hacer olvidar la complejidad de informes sociales de explotación en las sociedades postmodernas y la eficacia del control político e ideológico sobre la masa explotada y alienada. Todos presentan la mundialización como inexorable y así, neutralizan toda forma de oposición política.

El poder político no es, para nosotros, una manera de administración óptima. Las clases no son entidades sociales trascendentes ni objetos sociológicos exteriores a individuos que viven en situaciones concretas. Representan las condiciones de acción y de existencia de individuos particulares que viven en condiciones similares. Estos se encuentran y tienen aspiraciones comunes. «En la ley, escribe Marx, los burgueses deben saber darse una expresión general, precisamente porque ellos dominan como clase ». Se organizan políticamente gracias a instituciones, partidos, etc., adquieren así, una unidad verdadera más o menos realizada/realizable, conciben y pretenden su unidad ideal. Tienen por consiguiente una larga experiencia histórica como ventaja. Es éste el dispositivo político ideológico que debemos dinamitar. La ventaja que la burguesía posee sobre el proletariado, en cuanto a la consciencia de su situación, se basa sobre la consciencia del mantenimiento de su condición y de los medios que dispone sobre este aspecto. Pretende la reproducción óptima de esta última : la ley y el poder político están a su disposición. En la destrucción del viejo mundo, los proletarios, según una expresión muy conocida, no sólo tienen que perder sus cadenas, pero si ganar un mundo. Esa es precisamente la dificultad. Ellos tienen una consciencia de clase que elaborar: «El concepto de clase, que implica la toma de consciencia por sí misma, se convierte en un concepto político, cuando esta toma de consciencia se ha efectuado, cuando la clase piensa por ella misma y se da por aludida como una unidad, cuando piensa y actúa como tal». Michel Henry. (2). Para el proletariado, ésto supone  la elaboración del sentido (y de medios para conseguir) en una ruptura con la dominación del capital.

III

Actualmente, ¿cuáles son las condiciones de la puesta en práctica de una acción política propia de los trabajadores? La mayoría de las formaciones políticas concuerdan con el mantenimiento de la dominación capitalista. Existen respuestas «marginales» que se sitúan en polos opuestos de la palestra política. Se trata de insistir sobre la fractura por la cual el bello edificio del sistema podría agrietarse. Esto es el antimundialismo consecuente (y no el altermundialismo). Concretamente, se puso antes la unión de clases de la población, la más afectada por el proceso de la mundialización, es decir por la liberalización, las privatizaciones, los afectados a la soberanía nacional y a la puesta a disposición del poder político de Francia al servicio del eje americano-sionista. Aquellos que se encuentran en estos puntos esenciales deben unirse políticamente con el fin de crear la fuerza capaz de invertir el curso de las cosas. Es, por otra parte, necesario que el proletariado forje sus propias armas a fin de ser, poco a poco, la fuerza política hegemónica en el seno de este proceso sin excluir ciertos elementos pertenecientes a las clases intermediarias «frágiles» por la mundialización. “Los trabajadores no tienen patria. Mal se les puede quitar lo que no tienen. No obstante, siendo la mira inmediata del proletariado la conquista del Poder político, su exaltación a clase nacional, a nación, es evidente que también en él reside un sentido nacional, aunque ese sentido no coincida ni mucho menos con el de la burguesía. ». Marx. Manifiesto del Partido Comunista. (3).

En nuestros días, una defensa real de los intereses del proletariado, pasa por la recuperación de la independencia y de la soberanía nacional comprendida como obstáculo a la dominación sin sombra del capital.  El marco de la nación no es neutro, puede servir de elaboración de formas de existencia sociales deferentes a aquellas vividas hasta ahora. Este es el sentido de lucha de los nacional-comunistas.

JULIO 2007. 

NOTAS.

1). Marx. Economía. T1. P. 172. Ed. Gallimard. Col. Pléiade.

2).  Michel Henry. Marx. T1. Una filosofía de la realidad. P. 236. Ed. Gallimard. Col. Tel.

3).  Marx. Op. citada. P

 

Crear, construir y organizar.


Los Círculos Rebelión (Les Cercles Rébellion)

Nuestro periódico ha conocido desde hace un año un auténtico desarrollo. El aumento de nuestros lectores y de nuestra audiencia, revela que existen expectativas para un pensamiento radicalmente revolucionario. Nos ha parecido importante que este interés desemboque en una experiencia militante original y concreta. El lanzamiento de Cercles Rébellion se enfoca pues, a dotar a nuestro periódico de grupos locales para extender la difusión de ideas socialistas revolucionarias europeas. Queremos que estos Cercles sean la imagen de nuestro caminar y que respondan a los retos de nuestro tiempo.

Un trabajo teórico

El Socialismo Revolucionario Europeo nunca ha sido una ideología cerrada o un museo de nostalgias. Nuestro periódico es una encrucijada, un lugar de debates y de intercambios que tiene vocación se ser un polo de convergencias para las diversas tendencias opuestas al sistema capitalista. A la par, nuestro rechazo a todo sectarismo, nunca nos ha impedido exponer claramente nuestras ideas por adelantado. En el transcurso de los últimos cinco años, hemos emprendido un importante trabajo teórico del que da testimonio la importante cantidad de artículos que hemos publicado.

Nos parece importante, en el momento en el que nos adentramos en nuevas iniciativas, profundizar en la definición de nuestro proyecto. Por eso, desde los próximos números, se hará un esfuerzo por explicar lo más claramente posible nuestras posiciones. Un importante trabajo está en marcha para presentaros en los próximos meses una síntesis, lo más completa posible, de la idea Socialista Revolucionaria Europea.

En paralelo a esta vasta cantera teórica, hemos querido lanzar la construcción de una herramienta política. Los Cercles Rébellion no quieren ser un grupúsculo más, sino una estructura militante que responda a los nuevos retos de nuestro tiempo. La crisis de los antiguos partidos centralizados y la incapacidad de las nuevas fórmulas (redes, coordinadoras, forums…) para asentarse en el tiempo y tener peso en los acontecimientos, debe llevarnos a reconsiderar los medios de intervención política. Sin intermediarios mediáticos complacientes ni medios económicos, necesitamos tener una verdadera « guerrilla » Eso no quiere decir que llamemos a la lucha armada o a la creación de maquis. Se trata de desarrollar la idea de que frente al aparato colosal del sistema, hay que adoptar la estrategia de una resistencia ofensiva y organizada. Hostigar y socavar los fundamentos de la dominación, que pasa por la difusión de la información y de la teoría revolucionaria.

No debemos buscar combatir al Sistema en su terreno y con su lenguaje, sino crear las formas adaptadas a la expresión y a la difusión de nuestras ideas. Por ello, los Cercles deben convertirse en el extremo opuesto del aparato estatal. Allí donde reine la resignación, la sumisión, la ignorancia y la jerarquización más estúpida, nosotros oponemos el compromiso, la responsabilidad, la formación y la búsqueda de la acción colectiva. Hacemos nuestra la llamada de Georges Sorel: “Esperando los días del despertar, los hombres avisados deben trabajar para esclarecerse, disciplinar su espíritu y cultivar las fuerzas más nobles de su alma, sin preocuparse de lo que la mediocridad democrática pudiera pensar de ellos”

Una Nueva Generación

El primer objetivo de los Cercles es ofrecer un marco de encuentros y de intercambios a nivel local. En varias grandes ciudades tenemos lectores que no se conocen y que quedan aislados. Crear enlaces entre los diversos individuos es primordial para crear una reflexión y acción comunes. Los Cercles tienen la vocación de ser polos de reagrupamiento que permitan una “repolitización” y una formación militante de personas “al margen” del Sistema. La experiencia de las luchas recientes (movilización contra la constitución europea, contra el CPE y las reformas liberales del gobierno Sarkozy) muestra que una parte, ciertas minorías, pero creciente del pueblo rechaza los valores de la sociedad dirigente. Al mismo tiempo no se siente representada por las formas oficiales de contestación (partidos y sindicatos reformistas, “Extremos”) La difusión de las tesis de ciertos autores (tan diferentes como Alain Badiou, Slavo Zizek, Alain Soral, Serge Latouche, Alain De Benoist, Marcel Gauchet, Jean Claude Michéa…) y el renovado interés por la obra de Kart Marx (liberado de las interpretaciones de “los marxistas” ortodoxos) muestra la posible emergencia de un pensamiento radical.

Esta radicalidad es la imagen de una nueva generación. La que ha conocido la caída del Muro de Berlín y los años del triunfo absoluto del liberalismo ideológico y que ha se ha hecho mayor en la crisis de los 90 y en los terremotos de una sociedad francesa en cambio. Una generación que ha venido a la política rebotada contra un mundo de supermercados y embrutecimiento televisivo, que ha comprendido el papel de los Media como perros guardianes del Capital. Rechazando el juego político clásico y que busca su vía autónoma. Un corte ha tenido lugar entre ella y la cultura del movimiento obrero y con las tentativas revolucionarias de los 60-70. No tiene, pues, ni formación política ni experiencia militante.

Particularmente sensible en el mundo estudiantil y en los « treintañeros » esta revuelta es difusa. No queremos lanzarnos a una recuperación excesiva de esta tendencia. Queremos contribuir a su radicalización dándole un impulso socialista y patriótico en el sentido antimundialista. Aportando nuestra contribución con nuestros modestos medios, en la eventualidad de una nueva fuerza revolucionaria, seguimos una dirección precisa.

No se construye nada duradero sobre la arena

Permitir a nuestros lectores que se agrupen, que discutan y que actúen, implica una organización política. El trabajo teórico que emprendemos actualmente se encamina a dar una coherencia a este itinerario militante. Queremos mostrar que una línea clara no es un freno al desarrollo de una estructura política. Muy al contrario, a diferencia de los partidos oficiales, exhibir orgullosamente nuestras ideas, sin buscar enmascararlas. Consideramos, por otro lado, como primordial hacer de nuestras prácticas políticas el reflejo de la nueva sociedad que queremos forjar. Enlazar teoría y práctica es uno de los principios básicos que queremos introducir en el corazón de los Cercles.

Por ello, no nos posicionamos en una lógica de competencia o de intrusismo respecto de las otras estructuras próximas. No nos consideramos como los detentadores de una verdad última. Estamos preparados, en las ideas y en los objetivos para participar en iniciativas comunes sin sectarismos. La actividad de los Cercles se organizará alrededor de la difusión del periódico. Rébellion debe ser a la vez una herramienta militante y un laboratorio de ideas. Acceso a temas concretos (lucha contra los ataques capitalistas contra los trabajadores, radicalización de los combates de la juventud, antiimperialismo) la acción militante deberá ser el enlace entre nuestras ideas y la realidad cotidiana y local. Por ejemplo, el cierre de una fábrica y su deslocalización no es un por arte de magia, sino la consecuencia de la globalización capitalista. Explicar sin descanso la lógica del sistema para combatirlo mejor y proponer una alternativa concreta (el socialismo) es el objetivo fijado en los Cercles.

Preparar la Revolución, preparándose para la Revolución

No es necesario repetir que somos un pequeño grupo, somos plenamente conscientes de ello; también sabemos que en ciertas situaciones no es necesario ser numerosos para ser un factor desencadenante de un movimiento más grande, la chispa que inflame todo…

Pensamos que nuestro ideal late en numerosos corazones, que el ideal de una sociedad diferente despabilará el sueño de nuestro tiempo. Rechazando convertirnos en una vanguardia separada del pueblo, afirmamos que la lucha de emancipación de los trabajadores será obra de ellos mismos. Que si una minoría hace de despertador, toca a los trabajadores tomar en sus manos y su futuro.

Pero esto implica un compromiso eficaz y constante de personas motivadas y serias que deseen unírsenos. Nunca cavilaremos lo bastante sobre el aspecto interior de la revolución que queremos conducir. Es importante sacar al burgués de tu cabeza antes de “sacarlo del poder”. Esto implica un distanciamiento sin relación con la mentalidad contemporánea. No se consuma la protesta donde no se zapea con los ideales. Es en el tiempo donde se juzga un compromiso; nosotros nos adscribimos al largo plazo con los Cercles. No queremos ser espectadores de los estragos del capitalismo, pretendemos luchar en el seno del pueblo para construir una alternativa socialista revolucionaria europea.

14/10/2008

PRESENTACIÓN

PRESENTATION/PRESENTACIÓN

Rébellion est une revue bimestrielle socialiste révolutionnaire publiée en France, à Toulouse. Après quelques années d’existence, nous avons décidé de traduire certains de nos textes en espagnol. Cela nous paraît d’autant plus nécessaire que nous nous insérons dans un combat de fondation d’une Europe authentiquement socialiste et libérée de la pratique et de l’idéologie mondialistes. Il est temps que les peuples européens se fédèrent au sein d’un même combat contre l’hégémonie du capital. Au-delà de l’Europe nous nous adressons à tous les lecteurs hispanophones et, en particulier, à ceux du continent ibéroaméricain. En effet, l’aire ibéroaméricaine après de multiples tentatives historiques de libération à l’égard de l’Empire thalassocratique étasunien, voit depuis quelques années se dessiner une nouvelle configuration politique. Nous pensons notamment, à l’impulsion apportée par le Venezuela d’Hugo Chavez à un ensemble de décisions tendant à associer les divers peuples de son continent à la formation d’une aire géopolitique indépendante des Etats-Unis. L’ampleur du phénomène ne laisse aucun doute sur l’importance majeure de cette orientation bolivarienne. L’Europe et le continent ibéroaméricain doivent marcher d’un même pas sur la voie d’un Socialisme révolutionnaire fidèle au génie qui leur est propre. Il est donc urgent de tisser des liens entre individus, associations, organisations allant dans la même direction. Nous espérons que notre initiative trouvera quelques échos dans le monde, parmi les peuples relevant la tête au sein du chaos engendré par le système capitaliste. N’hésitez pas à nous contacter.

 

Rébellion es una revista bimensual socialista revolucionaria, publicada en Toulouse, ciudad ubicada en el suroeste de Francia. Después de algunos años de existencia, decidimos traducir ciertos de nuestros textos en español. Nos parece tan necesario en cuanto a que estamos a favor de la fundación de una Europa auténticamente socialista y liberada de la práctica e ideología mundialistas. Es tiempo de que los pueblos europeos se alíen en un mismo combate en contra de la hegemonía del capital. Queremos dirigirnos, más allá de Europa, a todos los hispanohablantes y, en particular, a aquellos del continente latinoamericano. En efecto, el área latinoamericano, después de múltiples tentativas históricas de liberación con respecto al imperio talasocrático estadounidense, ve, desde hace algunos años, aparecer una nueva configuración política. Pensamos, sobretodo, en el impulso dado por la Venezuela de Hugo Chávez a un grupo de decisiones dispuestas a asociar los diversos pueblos de su continente, a la formación de un área geopolítico independiente de los Estado Unidos. La amplitud del fenómeno no deja ninguna duda sobre la importancia de esta orientación bolivariana. Europa y América latina deben andar de la mano por el camino socialista revolucionario, fiel a su propia naturaleza. Es, entonces, urgente establecer una red entre los individuos, asociaciones, organizaciones que vayan en la misma dirección. Esperamos que nuestra iniciativa pueda encontrar algún eco en el mundo, entre los pueblos que levantan la cabeza en el seno del caos engendrado por el sistema capitalista. No dudéis en contactarnos.